Pinochet luchó con una fuerza, que no se detuvo en nada para lograr la victoria.

Obviamente, la izquierda en general, no tiene ningún derecho moral o práctico para discutir sobre las atrocidades, ya que reconocen que sólo en un marco dialéctico esto puede ser denunciado, y no bajo cualquier contexto real. Su insufrible e "hipócrita maullido quejumbroso", relativiza el respeto a los "derechos humanos" al porque de los orígenes de las revoluciones, algo así como el equivalente del antisemitismo de Hitler, el camarada Nacional Socialista, estaría justificado, porque el pueblo alemán sufría demasiado bajo la opresión que ejercían los banqueros judíos en la economía alemana.

Pinochet luchó con una fuerza, que no se detuvo en nada para lograr la victoria. Que de haber tenido éxito el izquierdismo, este habría estrechado las cadenas, hasta el punto que persona alguna pudiera escaparse del sometimiento a los dictadores proletarios . El golpe asestado por los militares encabezados por Pinochet fue una acción defensiva y una respuesta directa a solicitudes oficiales por el poder judicial, el poder legislativo, y ciudadanos prominentes.

La intervención militar fue una "reacción" a una situación provocada por Salvador Allende y sus secuaces, no fueron la CIA, la ITT, ni la Anaconda Cooper Co., los provocadores o instigadores, ellos al igual que muchos otros miles de empresarios y el pueblo de Chile se involucraron en presionar por la salida del gobierno marxista, porque fueron víctimas de este.
Hay que señalar que los documentos y las armas capturadas después de que Allende fue derrocado, septiembre 11, 1973 demostró que estaban planeando un golpe de su propia mano. Programado para el 19 de septiembre, el objetivo era liquidar a la oposición al estilo de Castro, implacable e incruentamente, sin lastima ni vacilación, y la retórica del discurso jamás fue conciliadora o pacifista,lo gritaban en las calles:"los momios al paredón, las momias al colchón", "pueblo, conciencia, fusil", "patria o muerte, venceremos".

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Adaptado del columnista Charles A. Morse Web publicado el 29 de mayo de 2000