La radicalidad de algunos judíos que intentaron trocar la Europa cristiana de las naciones por otra comunista e internacionalista, no tiene nada en común con la ejecutoria de la mayoría de judíos, que sufrieron una represión asesina por parte del nacionalsocialismo.
El nacionalsocialismo de Adolf Hitler no distinguió entre estos dos citados grupos. La España Nacional sí los diferenció en aquella época, años 30 y 40 del siglo pasado, cuando naciones europeas que también pudieron tomar esa misma determinación no lo hicieron. Inglaterra y Suiza destacaron en esta postura negativa.
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.............. ..............Algunos judíos en la guerra civil española
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El ABC, editado en Sevilla, del 14 de octubre de 1938 publicó un editorial titulado: "El judaísmo aliado de la anti-España".
Fue divulgado una vez que se marcharon de España los combatientes extranjeros, muy a pesar de Stalin y Juan Negrín, según una disposición del "Comité de No Intervención". Entre esos voluntarios foráneos estaban los componentes delBatallón Lincoln, o Brigada Lincoln, conformado en su mayoría por judíos comunistas estadounidenses. Sin embargo, el mayor número de judíos combatientes lo aportó Polonia; estando todos ellos encuadrados en las Brigadas Internacionales.
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La fecha de la publicación es también posterior al mitin celebrado el 21 de agosto de ese año en el Madison Square Garden de Nueva York, con la doble finalidad de denunciar la política hitleriana con los judíos y de encauzar la opinión pública norteamericana en favor del gobierno estalinista del Frente Popular, el nacido el 16 de febrero de 1936, en su lucha con la España nacional.
El artículo de ABC explicaba:
" (...) El hebraísmo mundial está en España al lado de los bolchevistas de Barcelona (...) puso al servicio de los rojos todo su poderío, todo su oro, toda su enorme influencia en las organizaciones sectarias del mundo entero y en los internacionalismos revolucionarios y demoledores.
Millares de judíos afluyeron de las cinco partes del mundo en socorro de los rojos. (...) Judíos comoRosenberg, Kleber, Klzof y el general Leonido y los coroneles Filipendo, Tchetfchenko, Grigorief y Nikolas (...)
Judío era también Antonoff Aveseenko, ex cónsul ruso en Barcelona que se adueñó de la voluntad de Companys, asistía a los Consejos de Ministros, controlaba todos los actos del Gobierno rojo, organizó la checa en Barcelona, suprimió a los jefes anarquistas y se erigió en verdadero dueño del país hasta que, después del desastre rojo en Teruel, fue llamado a Moscú y ejecutado como lo que era: un judío convertido en el más sanguinario de los animales.
La Organización Sionista Internacional prestó su ayuda eficazmente a los agentes marxistas en el extranjero y organizó en todo el mundo oficinas de reclutamiento, dirigidas por judíos, como esos miserables Piet y Emil Ackerman, que murieron más tarde en el frente de Madrid mandando una brigada de judíos belgas".
El artículo terminaba con una arenga, algún exceso propio de las circunstancias de la guerra y un recuerdo a los Reyes Católicos.
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El ucraniano Vladimir Antonov-Ovseenko, o Antonoff Aveseenko, participó en las revoluciones de 1905 en la Rusia de Nicolás II. Se dio a conocer en el mundo por ser el dirigente que llevó a los voluntarios de la marina y el ejército de tierra a la toma del Palacio de Invierno en la Revolución de Octubre, en San Petersburgo.
Desde esas fechas provenía sus buenas relaciones de amistad y poder con el también judío y ucraniano León Trotsky, quien le confió el Ejército Rojo que combatió, con éxito, en Ucrania para que esta nación se convirtiese en una República Socialista vinculada con Moscú.
En los primeros días de nuestra guerra civil,Stalin le nombró cónsul general destacado en Barcelona. Tras los sucesos de mayo de 1937, en los que Ovseenko justificaba la lógica postura de Largo Caballero con respecto a los anarquistas y al POUM, y la derrota en Teruel fue llamado a Moscú, donde se le acusó de ser troskista (Stalin ya había roto sus relaciones con Trotsky) y de la mala evolución militar e
n España. Se le condenó a ser fusilado.
El general Leónidas Eitingon, alias "Leonido", fue enviado por Stalin a España para cooperar militarmente con el general húngaro Erno Gerö (alias "Pedro", quien fue colaborador de Bela Kun en la revolución comunista húngara, al finalizar la Gran Guerra) y para dirigir los servicios de información. Él fue la persona que diseñó el asesinato de Trotsky en México. Su relación con la familia comunista catalana Mercader valió para que Ramón fuese el elegido para acabar con la vida de Trotsky. Leónidas fue también "depurado" y ejecutado por orden de Stalin.
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Marcel Rosenberg fue nombrado por Stalinembajador en Madrid, incorporándose al cargo a finales de agosto del 36. Organizó con el gobierno de Largo Caballero la ayuda militar y armamentística de la Unión Soviética con cargo a las reservas de oro del Banco de España. En 1937 fue "depurado" y, se cree, ejecutado. Jacobo Gaikis sustituyó a Rosenberg en la embajada española.
El judío bielorruso Alexander Orlov fue el principal responsable de la represión de mayo de 1937 en Barcelona, de la captura y asesinato de Andrés Nin y de la defenestración de Largo Caballero, y más tarde de Indalecio Prieto. Para llevar a cabo todos estos actos daba las instrucciones precisas al Partido Comunista de España, siendo José Díaz y Jesús Hernández sus interlocutores más válidos. Llamado por Stalin a Moscú en 1938, huyó dirigiéndose a Canadá en primera instancia.
Emilio Kléber fue el comandante en jefe de la XI Brigada Internacional que luchó en Brunete y Belchite. Dirigiendo las Brigadas Internacionales jugó un papel importante en la defensa de Madrid, en las batallas dadas en sus proximidades. Poco tiempo después de la retirada de las Brigadas fue condenado a trabajos forzados hasta su muerte, tras una de las "purgas" ordenadas por Stalin.
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.............................El nacionalsocialismo, Europa y los judíos
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No justifica el enorme odio de los nacionalsocialistas hacia los judíos
el hecho de que Karl Marx fuese judío y el que un movimiento marxista radical dirigido por los judíos Karl Liebknecht y Rosa Luxemburg, en otoño de 1918, en Alemania intentara establecer una Dictadura del Proletariado y una República Socialista Libre, conforme proclamó Liebknecht cuando asaltó el Palacio Imperial berlinés (1). La reacción conjunta de socialdemócratas y nacionalistas logró anular esta sublevación en un momento muy delicado en la vida del pueblo germano. Tampoco justifica la animadversión el hecho de que otras sangrientas revoluciones dirigidas por judíos, en meses posteriores a la derrota alemana en la Gran Guerra, se comprometiera el futuro cultural y económico de la nación alemana.
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Según Julio Caro Baroja en su obra "Los judíos en la España moderna y contemporánea", el odio a los judíos rememoraba pasadas hostilidades oficiales y populares. Se compendiaba el antisemitismo tradicional y cultural en cuatro motivos principales, atendiendo a características de los judíos que marcaban las diferencias con el resto de la población cristiana:
a) Razones religiosas, en las que se incluye el asesinato de Cristo.
b) Cuestiones económicas: usura.
c) Causas sicológicas: inteligencia particular, soberbia.
d) Características físicas: barbas, nariz grande, carácter ingrato, traidor, cobarde, mentiroso".
Caro Baroja explica que estas manifiestas discrepancias las sentían las
gentes cristianas del medievo. Estas divergencias, unidas a la ignorancia y al sectarismo, no exento de racismo, de aquellos tiempos dieron lugar, en Europa, a gravísimas injusticias con los judíos.
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Italianos y suizos echaron la culpa de la peste negra de 1348 a los judíos, estando el origen de la agresión en Toledo, lugar donde se inventó el pertinente veneno, según el bulo popular que se extendió tan rápido como la peste. El exterminio de esta etnia comenzó en la región del lago Leman y continuó por otras muchas ciudades de Europa Central. El papa Clemente VI, en Avignon, condenó los masivos asesinatos.
En España, la matanza de judíos alcanzó su grado máximo en 1391; y con hostilidad oficial y popular se continuó, siendo reseñables la masacre realizada en 1449 en Toledo y el establecimiento de la Inquisición en 1451, motivado por la petición formulada por Juan II al Papa.
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En 1492, los Reyes Católicos redactaron un edicto de expulsión, aplicado a los judíos, dejando como alternativa la conversión al catolicismo y la integración con el resto, la mayoría de los españoles, con el sentimiento y voluntad de esa gran mayoría social, con los mismos derechos y deberes, sin formar un grupo aparte (conforme se comportaban) fuera de la unidad nacional cuando, dejada atrás la larga y oscura Edad Media, se estaba configurando con rapidez la Europa Occidental moderna de las naciones, la Europa del progreso, cultural y técnico. A raiz del edicto se generalizó la figura del judío converso.
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En aquella Alemania del nacionalsocialismo, después de la publicación de las antisemitasLeyes de Nuremberg de septiembre de 1935, se acrecentó la emigración de judíos alemanes, hecho iniciado con la llegada al poder de los nacionalsocialistas; siendo Albert Einstein el más destacado entre ellos. Los Estados Unidos de Norteamérica fue el país que recibió más emigrantes.
Y es que el nacionalsocialismo no sólo no dio la lógica oportunidad de integración a los judíos sino que los consideró muy inferiores, cuando las diferencia entre judíos y no judíos era, en comportamiento y radicalidad religiosa, pequeña. Sin embargo, todavía en 1935 Adolf Hitler se limitaba a expulsarlos, no los asesinaba a millones; el Holocausto no se avistaba.
El 9 de noviembre de 1938 se enterró al diplomático alemán Ernst von Rath, asesinado en la embajada de París por un judío polaco. Esa noche, "noche de los cristales rotos", inició un periodo de siete días en los que se asesinó a varias decenas de judíos, en Alemania, y en el cual se destrozó la casi totalidad de los negocios que éstos poseían.
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Poco tiempo después comenzaron las deportaciones de judíos a los campos de concentración de Dachau y Buchenwald conforme a la planificación dirigida por Joseph Goebbels y Reinhard Heydrich.
Años más tarde estos campos, y otros nuevos, se transformaron en instalaciones de exterminio después de que en julio de 1941 Hermann Göering encargara a Heydrich llevar a cabo la redacción de un proyecto de ley para la "Solución Final" al problema judío; ley que poco más tarde autorizó poner en marcha Heinrich Himmler. Ley conocida por "Aktion Reinhard".
Heydrich fue asesinado por guerrilleros en Praga en mayo de 1942. Goebbels se suicidó durante los últimos días de la guerra. (1)
La llegada y evolución de la Segunda Guerra Mundial, con el necio y visceral ataque de Hitler a la Unión Soviética de Stalin, fue acompañada de un brutal desarrollo antisemita en Alemania y sus dominios, que culminó en el Holocausto.
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.................... ..........Ayuda del régimen de Franco a los judíos
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El régimen del dictador Francisco Franco durante la Guerra Mundial, bien fuese por convencimiento o bien por agradar a EEUU (postura política que adoptaba conforme avanzaba la guerra) salvó de la deportación a los campos de exterminio a varias decenas de miles de judíos, a los que proporcionaba la documentación precisa para que fuesen considerados como españoles y se les ayudaba, además de llegar a España de origen Hungría hasta Francia, a pasar desde España a América, directamente o a través de Portugal; y a veces con destino Marruecos.
En cualquier caso, el régimen de Franco supo separar la idea del judío persona y la del judío comunista o masón. Estos dos grupos configuraron una minoría social, al fin y al cabo.
El agradecimiento de los judíos a Franco se recordó en diversos escritos o palabras dichas públicamente, así como en determinados actos.
El rabino Chaim U. Lipschitz, de Brooklyn, publicó en el Nesweek de febrero de 1970, lo siguiente:
"Tengo pruebas de que el jefe del Estado español, Francisco Franco, salvó a más de sesenta mil judíos durante la Segunda Guerra Mundial. Ya va siendo hora de que alguien dé las gracias a Franco". Lipschitz escribió el libro: "Franco, Spain, the Jews and the Holocaust".
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En parecidos términos de elogio se expresó von Mühlen en su "Huida a través de España y Portugal" y Enrico Deaglio en su "La banalidad del bien", "La banalita del bene"; obra que narra las peripecias del comerciante italiano Giorgio Perlasca en el consulado español de Budapest para salvar la vida a judíos, sobre todo sefardís, apoyándose en el aparato logístico ya existente a tal efecto en los últimos meses de la administración proalemana del regente Miklós Horthy.
The American Shepardi Federation, ASF, en un artículo escrito en su publicación oficial al morir Franco recordaba que cuando éste recibió al entonces todopoderoso Hitler en la frontera de Hendaya, octubre de 1940, "se negó a satisfacer cualquiera de las peticiones de Hitler, incluida la entrada en vigor de cualquier legislación anti-judía", y que "a principios de 1945 Franco permitió a la Agencia Judía que actuara en territorio español para facilitar la inmigración ilegal a los supervivientes de los campos de concentración a Palestina, donde por entonces los británicos impedían la emigración judía".
Y después de relatar otras muchas y buenas relaciones entre la España de Franco y la comunidad judía, concluía:"En el Sabat Vayislah, 22 de noviembre de 1975, los coeditores de "The American Sephardi" acudieron a rezar un responso por el alma
del generalísimo Francisco Franco ante el arca de la histórica Sinagoga Hispano-Portuguesa de Nueva York por la ayuda que prestó a los judíos durante la Guerra Mundial".
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Golda Meir se expresó con estas palabras: "el pueblo judío y el Estado de Israel recuerdan la actitud humanitaria adoptada por España durante la era hitleriana". Otros dirigentes de Israel se manifestaron con palabras parecidas.
Y el hecho es que en las sinagogas de EEUU, ¿hasta cuándo?, se conmemora el día de la muerte de Franco, 20 de noviembre, con un responso en su memoria. Homenaje y recuerdo de aquellos judíos que lograron salvarse del antisemitismo nacionalsocialista gracias a la actuación de España, de los españoles, desde Franco a los cónsules y personal de embajada, destacando entre ellos Ángel Sanz-Briz, que fue un joven combatiente en los entonces recientes campos de batalla españoles.