viernes, 4 de abril de 2008

Ser anti marxista-comunista-izquierdista hoy por hoy en Chile no es una tarea fácil:

"Integristas, fundamentalistas, ortodoxos, fanáticos, alucinados, obsesionados, son algunas de las palabras que en boca de los izquierdistas y sus simpatizantes, se transforman en epítetos descalificatorios usados en contra de sus adversarios. En cualquier foro cuando mencionamos que el izquierdismo es una obra conspirativa y de terror y destrucción, que sus enunciados son antivalóricos y pervertidos, "rasgan vestiduras" de inocencia inmediatamente. Nos acusan de blasfemia y de intolerantes.
Si afirmamos que el izquierdismo es una agencia del mal, nos piden pruebas. No obstante basta ver que la mayor parte de las desgracias y tragedias sociales y políticas ocurridas en el siglo pasado y en este que estamos comenzado, tienen relación con el marxismo-izquierdista. En nuestro país puntualmente, las contradicciones, los antivalores, la violencia, la delincuencia, el desorden, la explotación de la clase media y pobre (mediante impuestos y desmedidas regulaciones y acciones burocráticas), el uso y abuso del poder político, son demostraciones claves e inequívocas de lo que se afirma.
Sin embargo la infamia y la mentira siguen su camino en un impertérrito derrotero, producto precisamente del efecto e influencia que causan en su favor las mismas.


El marxismo y sus derivados, introdujeron y ofrecen a nosotros los chilenos los mismo que han ofrecido en todas partes, subtitutos ilusorios para alcanzar la "felicidad". Falsas promesas, una sociedad utópica, donde el colectivo prima por encima del individuo, proclaman a diario que el capitalismo y la libre empresa, son la causa de todos nuestros males, que la propiedad privada debe ser abolida o restringida, que la familia debe ser liberalizada de los conceptos tradicionales, proclaman que las actuales estructuras y comportamientos sociales restringen y discriminan las libertades humanas, que los derechos de sexuales deben ser "liberalizados", que el aborto, la eutanasia, que la promiscuidad juvenil, deben enmarcarse en la legalidad.

Lo cierto es que la izquierda chilena es responsable de la división de la Nación, de la destrucción sistemática de la familia chilena, de la destrucción del vinculo de la población con sus raíces y tradiciones.

1 comentario:

jojemavi dijo...

Totalmente de acuerdo, soy mexicano y los izquierdistas son iguales, las mismas cantaletas, el mismo afan de acabar con quien no piensa como ellos la misma antidemocracia como lo demiuestra Lopez Obrador al querer callar chchalacas